La Villa de Santa María de Leyva, fue fundada el 12 de Junio de 1572, la finalidad principal para la fundación del pueblo fue crear un lugar donde los soldados españoles, después de la guerra de la conquista pudieran establecerse, también para que sirviera de gran despensa de alimentos para las poblaciones aledañas, debido a su potencial para el cultivo de trigo, por esto es que Villa de Leyva tiene una de las plazas más grandes de Suramérica ya que allí formaban e impartían órdenes a los regimientos militares y era fuente de abastecimiento.
Viajar a Villa de Leyva es viajar por el tiempo, uno de los pocos lugares del mundo donde converge y se concentra tanta historia y cultura en medio de un majestuoso paisaje natural.
En Villa de Leyva encontrarás vestigios fosilizados de criaturas prehistóricas, como el Kronosaurus de 115 millones de años; el Ictiosaurio de 110 a 115 millones de años y Pliosaurios de 130 millones de años de antigüedad.
La presencia humana data en la zona desde hace 12.000 años, allí residen valiosos hallazgos arqueológicos de la cultura muisca, como el observatorio de Zaquencipá, las pictografías de Sáchica, Iguaque, y cantidad de piezas de cerámica y escultura prehispánica.
En la parte montañosa de Villa de Leyva está ubicado el santuario de Flora y Fauna de Iguaque, lugar Sagrado de la cultura Muisca donde según su cosmogonía, de allí emergió la Diosa Bachué con su hijo en brazos para dar origen a la humanidad.
Su belleza y aporte en la historia de Colombia llevaron a que Villa de Leyva fuera reconocida como monumento nacional el 17 de diciembre de 1954. Por eso hasta hoy conserva edificaciones coloniales como el convento de la Candelaria (fundado por los Agustinos en 1604) y el de Santo Ecce-Homo (fundado por los Dominicos en 1.620), también espacios emblemáticos de la época de independencia de la corona española; como la Casa del Congreso, la Casa de Antonio Ricaurte y la Casa de Don Antonio Nariño.
Así es Villa de Leyva un pueblo de arquitectura única, rebosante de cultura, donde visitar galerías de arte, saborear de una gastronomía sin igual, practicar deportes de aventura y realizar caminatas ecológicas por santuarios naturales llenos de mística calma.
Las huellas y la historia que yacen en Villa de Leyva, nos conectan con nosotros mismos y nos hace reflexionar de dónde venimos, por donde hemos pasado, y nos hace vivir plenamente un presente lleno de emoción, para tomar consciencia de hacia dónde vamos, eso es viajar a Villa de Leyva.